domingo, 14 de septiembre de 2008

LA OBRA A PONER EN ESCENA DE S.PEREGRINA C.

TEXTO DE SERGIO PEREGRINA EN SU LIBRO INÉDITO: “COMO HACER UN ESPECTÁCULO DE TITERES” Agosto del 2003 Veracruz ver

LA OBRA A PONER EN ESCENA.
ESTE tema es de vital importancia, como vimos en nuestro esquema anterior de los capítulos II y III  de ella se derivan todas las actividades que se tienen que crear y que están subordinados a la obra a poner. Antes, se optaba por escenificar obras   ya escritas, cosa muy aceptable, unos se dedicaban a escribir y los productores de teatro a poner esas obras junto con su equipo de producción, un conjunto de verdaderos creadores, conocedores  cada uno de su trabajo para lograr en armonía una impresionante y bella puesta en escena. Los titiriteros también han realizado ese proceso, pero la realidad del arte  incluye muchísimas otras posibilidades y formas de hacer espectáculos ya que las maneras burguesas y pequeño burguesas no son las únicas en el mundo del arte, muchos de los artistas ejecutan sus aspiraciones y van aprendiendo a hacer sus espectáculos de títeres desde la pobreza más humillante hasta la realización posible  de la clase media de donde provenimos muchos artistas de la escena, y que, según nuestros medios económico penetramos en el ámbito de lo público para tratar de “tener buen éxito” en nuestras  empresas. El que el arte no sea toda burguesía sino muchísimo más allá de esa banalidad que  llaman el “teatro de títeres comercial”, no por el dinero que produce, sino por el engaño de lo que ofrece. La gran calidad de artistas pobres, con su público limitado y sus medios limitados, no los hacen menos importantes en nuestra sociedad que al artista reconocido e inflado con la gloria del reconocimiento, dinero y poder; esto lo digo desde el punto de vista de su trabajo artístico de gran calidad estética, profundidad y verdad humana que incluyen en ello. En la actualidad existe una gran confusión en los términos reales entre qué es arte trascendente y qué es arte comercial, cuyo buen éxito no está en su trascendencia  a través de la renovación de  los medios o materiales con que se producen, de sus métodos con que se elaboran y los fines que alcanza con sus resultados estéticos y éticos sino, desgraciadamente, en el buen éxito del proyecto publicitario o de promoción que bajo los cánones de la mercadotecnia triunfa, aunque de arte no tenga nada. Mas en toda sociedad actual también existe el producto artístico que tiene gran calidad y además un proyecto de mercadotecnia, esto lo convierte en una mina de oro que recorre el mundo entero, gana, gloria, fama y su permanencia en la historia del teatro burgués. La gran mayoría de artistas no llegan a tener tal categoría más no quiere decir que valgan un cacahuate garapiñado.

 Todo lo anterior es porque estoy tratando de decirte  lo importante que es la obra que ponemos. Otro punto de vista  es:  “los titiriteros son contestatarios por naturaleza, dicen en escena lo que otros no se atreven a decir, son los héroes de la comedia, seres imperfectos con quienes nos identificamos por ser respondones cínicos, rompe reglas, irreverentes; antisociales y revoltosos, que fingen ser taimados para ser audaces y agudos críticos de la realidad que ofende, que siempre ha ofendido con sus grandes distancias entre los pobres y ricos, entre los tontos y los listos, entre los honestos y deshonestos, entre la verdad y la mentira, entre lo abstracto y lo concreto, entre la ciencia y las artes, entre el hombre y la mujer, entre la enfermedad y la salud, entre la vida y la muerte, entre lo positivo y lo negativo, entre los dogmas y la libertad, entre lo comercial y lo artístico esos conflictos que  el público popular tiene en su haber y su ser  y a través del cual queda identificado con el títere, el títere está identificado con las causas justas y solidarias que tienden hacia el bien, hacia las buenas aspiraciones de una sociedad siempre en conflicto con ideologías  enajenantes u opresivas, represivas o reaccionarias que  siempre están en el juego sucio de la política y la economía tratando de dominar la filosofía de la vida en las sociedades, y aún hasta lo más íntimo de nuestra cotidianeidad.” (PEREGRINA, 2002 Pág. 7)  Sin embargo es trascendente decir que los títeres han servido en ocasiones a causas  non sanctas y hasta corruptas y ha tenido que hacer tratos por conveniencia o por convicción ideológica con regímenes nefastos como el fascismo nazi y otras dictaduras feroces disfrazadas de democracias, propagando sus turbias ideas entre la población, aprovechando a los legendarios personajes del mundo de los títeres para transmitir con su altamente comunicativo lenguaje, ideas enfermas o tendenciosas de los lobos disfrazados de borreguitos.  La fuerza  y capacidad de los títeres es en verdad efectiva y sirve tanto ” a Dios como al Diablo” dice el dicho y dice bien. Esto lo señalo  como algo significativo ya que las leyes y fuerzas del drama se pueden utilizar con ambos fines totalmente diferentes,  ya que el de los títeres es un lenguaje que puede hablar tanto a favor de uno como del otro, con la misma fuerza escénica dejando al público y su capacidad de  poder discernir y calificar el mensaje que está recibiendo.

Básicamente podemos decir que hay dos  tipos de obras, las ya escritas y las que nosotros podemos hacer o crear, ya que lo más significativo es poner en escena nuestras ideas  acerca del mundo, ya que todos tenemos algo que decir, un mensaje importante que dar a unos o muchos humanos más, o transmitir nuestro amor por la naturaleza, o por los humanos, o por  el arte mismo. La dramaturgia es el arte de escribir dramas y se debe de conocer si se quiere escribir  para títeres con esta técnica, pero también podemos hacer espectáculos a través de  la elección de un tema  interesante para nosotros o para el grupo que trabaja haciendo la puesta en escena. También podemos hacer un espectáculo múltiple formándolo de diferentes cuadros completos o actos que inventa cada uno de los integrantes del grupo, cosa que hace un espectáculo interesante y atractivo por tener muy diferentes ideas y lenguajes  en su estructura.  Esto hace que el público se encuentre con una sorpresa  en cada número y no sepa o logre adivinar lo que vendrá. Esto lo mantiene expectante ya que es imposible adivinar su secuencia  o lógica, pues no la hay, es solamente un espectáculo conformado con diferentes números de diferentes estilos, hecho en verdad colectivamente con las aportaciones de cada uno de los integrantes, actores titiriteros, o manipuladores. Las creaciones colectivas son la forma más común de construir obras de los grupos titiriteros que hacen en escena sus espectáculos basados en ideas titiritescas propias, es decir, actos que ejecuta el títere. Jurkowski dice: “ El teatro de títeres se ha convertido en un arte heterogéneo basado en muchos sistemas de signos diferentes: el humano con el títere, el humano enmascarado, el objeto, junto o en lugar del títere, a veces estas combinaciones son una expresión de verdadero surrealismo; todos son metáforas. El teatro de títeres moderno se ha convertido en el arte de yuxtaponer diferentes medios de expresión ( o signos) capaces de evocar la metáfora y por lo tanto de complicar incluso más el lenguaje de esta forma de teatro.” (JURKOWSKI, 1990 Pág. 39)  Más no a través  de textos hechos con infinidad de verborrea y poca acción titeril. Estos espectáculos se construyen a cada día  o se modifican cada día, pero el elemento más importante está en el trabajo intenso en escena con el títere en acción, buscando, experimentando, desplegando la imaginación como enormes lienzos donde se van plasmando imágenes que están más allá de la palabra, que son nuevas imágenes corpóreas encontradas, seleccionadas, aceptadas, fijadas en escenas, perfeccionándolas hasta convertirlas en nuestra propia expresión, en algo digno de verse. El manejo y audacias del títere y el titiritero en escena están más allá del texto, incluso podremos hacer números de títeres sin texto en sus bocas y encantar o fascinar al público únicamente con movimientos que hablan a través de imágenes plásticas, una mímica del títere que es también explícita e importante en su contenido no obstante carecer de voces que expliquen su fin último. El teatro de títeres y las artes plásticas es otra conjunción obvia que nos proporciona  otro lenguaje desde donde ver nuestra obra de títeres como una obra plástica que cobra movimiento y vida en escena para contarnos algo ya muy alejado del drama. ”Esta nueva situación fue acompañada de cambios en la literatura dramática. Se produjo una desintegración de las estructuras dramáticas: La acción  escénica lineal fue remplazada por grupos de imágenes escénicas conectadas por temas comunes para ser combinadas dentro del mensaje. El artista “Escribiendo en la escena” no tenía que ser un dramaturgo; era suficiente con componer cuadros. Y desde aquí se necesita sólo un pequeño paso para hacer que los cuadros dominen la representación...” (JURKOWSKY, 1990, Pág.45) Otra forma de obra de teatro de títeres, muy presente en todos los pueblos es la obra popular nacional, es decir, el teatro que caracteriza a un pueblo o país determinado y en ese sentido los títeres también forman parte de esa tradición o imagen del espíritu perdurable de cada grupo social, religioso, político; popular desde tiempos sin memoria como se ha dicho y es en verdad ese espectáculo popular que no tiene que  ver  con las formas comerciales o burguesas sino con las tradiciones y el folclor de las mayorías. En ese sentido el títere está íntimamente  unido a las expresiones de un pueblo y aún con otras zonas profundas, muy cercanas al mito. El teatro de sombras, Wayang de Java, el Bunraku japonés, Los Pupis de Sicilia, los títeres que hacen diversas tribus africanas y otros, son ejemplos de lo dicho. El títere ha perdurado a través de los tiempos porque forma parte de la misma cultura que lo genera y mantiene. Su subsistencia estará asegurada pues sus personajes están íntimamente ligados a la sociedad que los tolera y toma en cuenta como a sí mismos, como un  alter ego, un espejo de la conciencia que padecemos, que siempre está en tela de juicio y en constante cambio según los nuevos tiempos.

Como se puede entender, la obra a escoger es  uno de los temas  primordiales y se puede definir más fácilmente si se ha contestado con honestidad las preguntas de: ¿Por qué lo hago? Y ¿Para quién?  Más si decide hacer su propia obra entrará en el verdadero camino de la creación significativa como ya se ha dicho, creador escénico y no como escritor de verborrea. El titiritero tiene su lenguaje y con él construye sus mundos con sus propias leyes. Así de importante es la obra a poner aunque no incluya diálogos y cuando menos tienes que  saber  que debe tener las partes llamadas; principio, medio y fin, y aunque te parezca ramplón  no lo es, pues esta tríada está en nuestra explicación del mundo entero desde siempre y tendemos a dividirlo todo en tres para estructurarlo o estudiarlo, tómalo como algo obvio y dale esta simple estructura, el poco texto debe de ser indispensable y preciso. Y por supuesto es obligación de todo titiritero estudiar a fondo esto de hacer espectáculos de títeres en diferentes fuentes que habrán de darle diferente luz acerca de este asunto primario.  Quede hasta aquí algunas explicaciones acerca de las obras de títeres y el infinito de posibilidades que precede su  elección.

Ya que tienes tu obra elegida o ya elegiste el tema sobre el cual la harás, o planeaste ya tus diferentes cuadros  y los pusiste de manera brillante  a través de una buena anécdota y la ordenaste con paciencia y claridad en una trama, escena por escena o secuencia por secuencia; entonces puedes iniciar el trabajo creativo de la producción  que vimos también en nuestro cuadro y que darán  forma a al espectáculo. El elemento que sigue en importancia a la obra son los títeres, es decir, los seres que representarán en escena a nuestros personajes, ideas, o símbolos y así seguiré enumerando los demás elementos que se habrán de construir casi simultáneamente.

 

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