jueves, 18 de septiembre de 2008

"Titiritero a la vista" de Mauricio Kartun

 PRIMERAMENTE DAMOS LAS GRACIAS AL MAESTRO KARTUN POR EL USO DE SUS TEXTOS TAN IMPORTANTES EN ESTE TEMA: NUESTRO RECONOCIMIENTO PARA ÉL

¿ALGUIEN CONOCE SUS TEXTOS O LIBROS COMPLETOS? NOS GUSTARÍA MUCHO LEERLOS.

Sacado de Titirinet

18/02/2003 -por: Rafael Curci

[Argentina]

 

            "La neutralidad es una actitud hacia el espectador"

Rafael Curci firma este artículo del libro "De los Objetos y otras manipulaciones titiriteras". Ya son tres los que completan su visión.

 

 

TITIRITERO A LA VISTA

Por Rafael Curci

 

La verdad reside en creer fuertemente en lo que se está haciendo"

Peter Schumann. Bread and Puppet.

 

Supongamos que concurrimos a una representación titiritera que se efectúa en una pequeña sala, cuyo espacio escénico está determinado por una mesa. Un tapete negro cubre el mostrador; las luces de la sala bajan de intensidad y paulatinamente sumergen al auditorio en una negrura total.

 

Unos segundos después, la luz de un cenital alumbra el cuerpo de un muñeco que yace acostado sobre la mesa; por detrás aparece un individuo vestido de negro que toma al monigote por el cuello y lo mueve con suma delicadeza. La parte superior del cuerpo del manipulador sobresale notoriamente pese a estar parado detrás del títere; sus manos blancas y la palidez de su rostro se tornan mortecinas por el efecto de la luz.

 

Durante unos segundos (o en el peor de los casos, durante toda la obra), puede ocurrir que quedemos desconcertados por la presencia de este sujeto. Vemos que "mueve" algo sobre la mesa. Se trata de un muñeco claramente antropomorfo; lo acciona con movimientos precisos simulando que mira, luego se levanta y, acto seguido, lo desplaza sobre la mesa como si caminara.

 

El rol del manipulador es ahora claro: mueve la figura con intencionalidad, de tal manera que parece vivo. De aquí en más dispone de un breve período de tiempo para neutralizar su presencia, su poder sígnico, siempre y cuando su intención esté centrada en que sea el títere quien actúe y se comunique.

 

Está a la vista, es claramente perceptible, y pese a eso se concentra denodadamente para fusionarse en UNA entidad escénica, ampliando la expresividad del muñeco a través de gestos claros y precisos. Toda su atención está puesta en las acciones del títere, al tiempo que reprime cualquier gesto o movimiento residual que pueda sugerir su copresencia.

 

De repente, dos gotas de sudor corren por la frente del titiritero, se abren paso por el entrecejo notoriamente tenso y luego se deslizan por el tabique nasal cuesta abajo, hasta la mismísima punta de la nariz. Y ahí se quedan, oscilando en el vacío como dos perlas de cristal...

 

A todo esto el auditorio está pendiente de las acciones del muñeco, percibe la tirantez del manipulador y también se percata de las dos gotas. ¿ Caerán al vacío, quedarán colgando de la nariz del pobre hombre durante toda la representación? Exasperado por la molestia o tal vez por lo incómodo de la situación, el titiritero alza el brazo derecho y se pasa abiertamente la manga por el rostro.

 

Automáticamente "algo" se rompe sin hacer ruido en todos y en cada uno de los que asistimos a la representación. Algunos espectadores abandonan la sala escurriéndose entre las butacas alarmados ante la posibilidad de que el titiritero se suene la nariz con el paño de la mesa.

 

 

Hay algunos puntos que el titiritero debe tener en cuenta cuando elige instalarse en el mismo plano que el objeto que manipula y a la vista del público:

 

a)El objeto es el intermediario entre el titiritero y el espectador. Cuando el manipulador comparte el mismo plano que la figura acentúa la artificialidad del títere y, en consecuencia, el rol del titiritero trasciende la simple operatoria del objeto; su copresencia se vuelve parte integral de todo lo que ocurre en escena.

 

b)El manipulador utiliza sus fuentes motoras (física, vocal, gestual) proyectándola sobre el objeto que anima con el fin de fundirse en UNA entidad escénica, en un personaje. Cuando esta operatoria ocurre a la vista del público, la existencia del personaje queda ligada a la del manipulador y en consecuencia, todas las acciones que se produzcan en el plano de la ficción involucrarán a ambos.

 

c)Cuando el manipulador se ubica en el mismo plano que la figura provoca un choque de signos por más neutra que sea su actitud. Sus gestos, los desplazamientos que ejecuta con el objeto y la interacción que logra en el plano dramático a través del personaje se exhiben ante los ojos del espectador, nunca desaparece. Eso que se define como neutralidad o modo neutro que utiliza el titiritero para velar su copresencia junto al títere, es en realidad un acto figurado de inversión sígnica; vale decir, intenta inhibir de alguna manera su cualidad de signo para favorecer las acciones del objeto que manipula. Y al hacerlo, ejecuta una serie de gestos que sugieren una neutralidad, cuya mecánica consiste en la supresión de cualquier actitud o movimiento residual que pueda desviar la atención del espectador hacia él. A menudo se escuchan frases tales como "todo objeto bien manipulado neutraliza la presencia del titiritero" o " el titiritero siempre tiene que estar mirando a su títere para no distraer la atención". La neutralidad o lo neutro es, creo, una actitud sugerida hacia el espectador, una propuesta de hacer cómplice a la audiencia de un acto de copresencia aceptada muchas veces por simple convención y otras por persistencia.

 

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